Después de la caída del muro de Berlín y el libro-panfleto de Fukuyama que anunciaba, prematura y pomposamente, "el fin de la historia" para muchos de los más destacados escritores e intelectuales del mundo estaba claro que, finalmente, la pelea había concluido y el liberalismo había ganado la batalla por las mentes y los corazones de gran parte de los presidentes del mundo.
En este caso, el liberalismo venia a encarar una idea muy simple que resultaba compleja de llevar a la realidad, a saber, que las personas debían competir en un mercado donde el estado nada tenia que hacer y eran los propios interesados quienes generaban sus propias reglas.
Gracias a esta "filosofia" no quedaron muchos pequeños comercios en pie, devorados por las grandes multinacionales que aprovecharon su dinero, su influencia y su poder de captación para derrumbar a todos aquellos proyectos que podían perjudicarlos.
De esa manera, miles de personas se quedaron, de un día para el otro, sin trabajo y, relativamente jóvenes, sin saber que hacer de sus vidas. Esto, por supuesto, sucedió en todo el mundo y también sucedió en España.
Para contrarrestar los efectos de este ajuste feroz e inhumano, Valles del Esla planteó la recuperación de la tradicional actividad ganadera de León aplicando sistemas de explotación avanzados que permitieran producir carne de vacuno de la mas alta calidad posible.
En poco tiempo el proyecto no solo estuvo en marcha sino funcionando plenamente con una gran aceptación por parte del mercado que hoy consume los productos de Valles del Esla sabiendo que es posible combinar la sabiduría propia de los viejos tiempos con las tecnologías propias de los nuevos sin excluir a ninguna en beneficio de la otra.
Para saber más de Valles del Esla y su proyecto visite su pagina web: vallesdelesla.com
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