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Karl Marx fue uno de los primeros historiadores en entender que el factor económico, mas que el pasional, era una de las razones por las cuales se habían librado la mayoría de las guerras, quitando de esa manera el aura cuasi romántica que había rodeado al tema durante siglos.
Por ese motivo, es fácil entender porque en determinados momentos surgieron héroes populares conocidos como ladrones justos, es decir, hombres que robaban a los ricos para (supuestamente) darle a los pobres lo que le correspondía.
Y decimos que Marx hizo todo posible porque el entendió y demostró el funcionamiento de la sociedad en base al lucro: es decir, estos personajes nacen solamente en épocas en las cuales no existía una clase media y la diferencia entre clase alta y clase baja eran abismales.
Para salvar la brecha y ayudar a paliar la diferencia, solo un héroe popular, una persona que se autodesignara como salvador del pueblo podía robar y ser considerado, prácticamente, un justiciero, mientras que en otras épocas se lo hubiera considerado un simple delincuente.
Hoy, sin embargo, ya no existen esa clase de héroes populares a lo Robin Hood o John Dillinger porque los ladrones roban a los ricos y a los pobres por igual y se quedan con todo el dinero, sin importarle en lo mas mínimo que puede pasar con la sociedad.
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