La pequeña
alquería denominada Al-Basit (la llanura) por los árabes permaneció en
manos musulmanas hasta que, tras su conquista, Fernando III la cedió en
calidad de aldea al concejo de Alarcón. Tras los conflictos de la
decadencia alfonsí (1282), Albacete pasó a formar parte del Señorío de
los Manuel, bajo cuya jurisdicción se mantuvo hasta entrada la Edad
Moderna. En el primer cuarto del siglo XIV, la aldea empezó a
desarrollarse y a incrementar su población. Fué en esos momentos cuando
nació la Feria, que pronto atrajo a comerciantes, mercaderes y
tratantes de ganado de las zonas cercanas, propiciando que en 1375 el
primer marqués de Villena le otorgase la consideración de villa y su
independencia de Chinchilla.
En el siglo XVI continuó el
crecimiento, acercándose la población a los 5000 habitantes y
estableciéndose en la villa diversos recintos conventuales. Por estas
fechas se inició la construcción de la Iglesia de San Juan, hoy
Catedral de la capital. El siglo XVIII es, después de la crisis del
XVII, una etapa de crecimiento en el aspecto demográfico, agrícola y
comercial. En la Guerra de Sucesión, la ciudad tomó partido por Felipe
V, quien otorga el privilegio de una Feria anual que convirtió a esta
villa en el mayor centro económico de la comarca. Pero
sin duda, uno de los acontecimientos políticos más significativos se
produjo en el siglo XIX. En 1833, tras las reformas administrativas de
Javier de Burgos, se creó la provincia de Albacete, con territorios de
las antiguas provincias de Cuenca, Murcia y La Mancha, otorgándole a la
ciudad la capitalidad. A lo largo de este siglo, Albacete duplicó su
población y amplió su tejido urbano con nuevas calles como el Paseo de
la Cuba, Carcelén, Isaac Peral o Salamanca. También se produjo la
llegada del ferrocarril y el alumbrado público. Más tarde, Albacete
defendió a Isabel II frente a los carlistas, lo que le sirvió para
obtener en 1862 el título de Ciudad.
Al inicio del siglo XX la
ciudad experimentó un crecimiento urbano construyéndose bellos
edificios en las calles Tesifonte Gallego, Marqués de Molins y el
Pasaje de Lodares. Durante la Guerra Civil se convirtió en cuartel
general de las Brigadas Internacionales y en sede de la fuerza aérea
republicana. Con la promulgación del Estatuto de Autonomía de 1982,
Albacete entró a formar parte de la Comunidad Autónoma de Castilla-La
Mancha, estableciéndose en la capital el Tribunal Superior de Justicia.
En la actualidad, Albacete experimenta un considerable
desarrollo urbanístico y una importante reactivación de sus actividades
industriales y comerciales. Es una ciudad moderna, activa y de futuro,
como demuestran algunos de sus muchos proyectos: el Palacio de
Congresos, la modernización del sistema ferroviario (AVE), el
Aeropuerto, la Ciudad del Transporte o el Parque Científico-Tecnológico.
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