Un hombre deberia casarse al menos una vez en su vida. Para saber que se siente. Estas dos frases, conocidas por todas, no tienen un autor definido aunque se les han asignado a varios mujeriegos famosos, entre ellos Frank Sinatra y nuestro Julio Iglesias. Ambos, sin embargo, nunca se hicieron cargo de las mismas.
Lo cierto es que mas alla del tono anecdotico de las frases, ambas reflejan un hecho que no pocos españoles piensan: que los hombres deben, al menos una vez en su vida, pasar por el altar para saber "que se siente"; sin embargo, cada vez son mas los españoles que sienten que casarse ya no es una prioridad en sus vidas.
Por ese motivo, los casamientos se han convertido en algo muy particular, en un momento en el cual se piensa siempre a futuro, un momento en el cual el español prototipico piensa siempre como si fuera un futuro muy remoto al cual no tiene la menor intencion de llegar, al menos en el presente cercano.
Sin embargo, una vez dado ese si definitivo y total, tanto los padres de la novia como los padres del novio comienzan esas sutiles y tortuosas negociaciones sobre donde celebrar la ceremonia, a quien invitar, a quien no, que sacerdote realizara la boda y mil pequeños detalles, importantes pero molestos.
A pesar del tiempo que se dedique a este tema, hay otro detalle que suele dejarse pasar y al que debe prestarse importancia. ¿Como llegaran los novios a la iglesia? ¿De que manera causaran una impresion favorable a invitados, parientes y curiosos que esperan, impacientes?
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